Mucho hemos sufrido en los tiempos de contingencia, pero sin darnos cuenta, el plástico nos salvó de muchas maneras durante la prevención de contagios.
Tiempos difíciles han pasado durante la contingencia por COVID-19, afortunadamente pudimos tener muchas formas de cuidados y prevenirnos del letal virus. Gracias a las bolsas, empaques, guantes, caretas y demás artículos, pudimos evitar la propagación de contagios y sin darnos cuenta, el plástico nos salvó.
Sus propiedades a base de polietileno lo hicieron un gran candidato para la fabricación de material de protección y para desechar residuos contaminantes. En todo este tiempo vimos suficientes productos a base de plástico, como las caretas para proteger los rostros o los lentes para cubrir nuestros ojos; se fabricaron guantes para mantener las manos protegidas e incluso las jeringas de las vacunas fueron hechas también con este material.
Gracias a los envases y contenedores de plástico, la distribución de gel antibacterial y líquidos sanitizantes pudo realizarse con mayor eficacia. Al igual que para transportar equipo de trabajo y protección médica a los hospitales; lo cual protegía mucho más al personal que trabajaba arduamente en los centros médicos y se arriesgaba por nosotros.
Las compras también recibieron gran ayuda con el plástico, ya que así mantenían protegidos los productos que llevábamos a casa; o también con los pedidos a domicilio, teniendo un embalaje a base de plástico, nos facilitaba poder desinfectar para recibirlo a gusto.
Aquí sólo platicamos algunas de las formas en que nos beneficiamos con productos plásticos, pero si nos ponemos a detallar seguro te comentamos más. Tenemos tanto que agradecerle, pues sin darnos cuenta, el plástico nos salvó de contraer el coronavirus.