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El problema de prohibir el plástico.

A la hora de prohibir el plástico, las políticas públicas deberían tomar en cuenta a la ciencia y a sus Análisis del Ciclo de Vida (ACV) de las bolsas. Sin embargo, esta consulta en evidencias científicas no siempre ocurre; generando así, diversas problemáticas ambientales, surgidas a raíz por el problema de prohibir el plástico. 

Estos análisis han demostrado que la bolsa de plástico es la más sostenible en relación a sus pares de papel o algodón. Esto se debe a que su fabricación requiere cuatro veces menos energía y es la que tiene menos huella de carbono.

Para la producción de bolsas de plástico, Inboplast recupera más de 260 mil toneladas anuales de residuos plásticos y los utiliza como materia prima. Con esto se cumple el ciclo de una Economía Circular, pero al prohibirse la bolsa, estos residuos plásticos quedarán sin reusarse.

El plástico no es el enemigo.

En toda la cadena de valor del plástico hay miles de involucrados, por lo que proceder a su prohibición afectarían a miles de empleos. Recordemos que cada puesto de trabajo representa a una familia mexicana que se queda sin su sustento. El crecimiento económico real per cápita es una necesidad para la mejora de condiciones de vida en nuestro país. Su baja afecta a toda la población, y por ello, cancelar empleos nunca será la vía adecuada.

El problema de prohibir el plástico es que se lanzó sin consultar las necesidades de los ciudadanos y su contexto sociocultural; así, como no hacer estudios exhaustivos del impacto ambiental que esto puede ocasionar. Por ello, es importante exigir a las autoridades competentes que den seguimiento a las acciones de los fabricantes y consumidores; además, de que se informen sobre las consecuencias de estas acciones. 

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